martes, 17 de abril de 2007

La cultura ESPAÑOLA

Barcelona lleva tres años luciendo la cinta de miss antitaurina. De momento la plaza Monumental de la ciudad sigue acogiendo corridas como la de ayer con El Juli. Y lo hará hasta el 2008. O eso es lo que se dijo cuando Joan Clos era alcalde; y cuando José Montilla aún disfrutaba con los hombres de trajes de luces ajustados, bajo el título de ministro de Industria.

Hay quien piensa que la prohibición de este acto ‘cultural’ (sección donde aparece en los periódicos) es un signo de “nacionalismo catalán”. Un intento para eliminar esta “fiesta nacional”, como quien suprime el cocido madrileño del menú veraniego. Que la empresa Balaña (propietaria) haya anunciado la quiebra del negocio no parece influenciar en el cierre de la única plaza de toros activa en Barcelona.

Tampoco sirve de pretexto la idea de que las corridas son una matanza ociosa de animales. La Unión Europa también está de acuerdo. En octubre, la Eurocámara decidió (con 412 votos a favor, 178 en contra y 15 abstenciones) suprimir la palabra “toros” del texto donde se pedía “a la Comunidad Europea que ponga fin a la lucha de perros, toros y gallos adoptando normas legales, nacionales o comunitarias”.

Claro. Hay una clara diferenciación. La lucha de toros es entre el Hombre y el animal. ¿Cómo se puede cuestionar esta muestra de poder y virilidad? No es lo mismo ver como pelean hasta morir dos animales de la misma especie, que un hombre luche con un trozo de tela y banderillas-estaca contra un vacuno. En el segundo caso es cultura. O sino, ¿Qué contiene El Cossío que reparte los domingos El Mundo? Esperemos que ser miss Antitaurina signifique algo más que una etiqueta cosmopolita.

1 comentario:

Ana Ferrández dijo...

Eso de "fiesta nacional" debería de borrarse del diccionario... Sólo he conocido a una persona en toda mi vida (viviendo en Alicante) que esté de acuerdo o le guste la "fiesta taurina"... el resto de los mortales con los que he hablado repudia este tipo de tortura... En las plazas de toros sólo se ven carteles de condena...xo igualmente, siguen celebrando corridas, y yo no soy capaz de entenderlo... ¿cómo es posible que siga habiendo gente en este siglo que le guste esta atrocidad? ¿Y nadie puede hacer nada contra ello? ¿tan arraigado está en la cultura y la tradición que nunca terminarán con esto?
Es INDIGNANTE.