'La Vanguardia' abre hoy la sección de 'Sociedad' con un reportaje sobre los cambios en el ocio infantil.
Según cuenta, los esplais observan que los niños se aburren con mayor facilidad. Toda actividad relativamente larga representa una gran carga en lugar de ser divertida. Los juegos y dibujar también se incluyen.
Este comportamiento se debe a que estos niños forman parte de la "generación zapping". "Se les está acostumbrando a picotear de muchas cosas, pero a no profundizar en nada, buscan la satisfacción constante y rápida" explica Francesc Garreta, presidente de la Federació de Moviments d'Esplais de Catalunya.
La reflexión de Francesc no es nueva. El norteamericano Neil Postman ya lleva años anunciando las consecuencias que acarrea la televisión en la sociedad.
Postman cree que este fenómeno de falta de atención y de aburrimiento crónico se debe a que la televisión se ha convertido gradualmente en nuestra cultura. La ha transformado en un vasto anfiteatro al servicio del negocio y del espectáculo.
También añade que el mundo que nos presenta la televisión ya nos parece natural. Hemos aceptado tan plenamente su definición de verdad, del conocimiento y de la realidad, que la irrelevancia nos parece colmada de importancia y que la incoherencia es algo razonable.
Gracias a la televisión millones de niños han descubierto que aprender es divertido. 'Barrio Sésamo' nos cantaba los números y las primeras palabras. Big Muzzy era nuestro entrañable profesor de inglés. 'Érase una vez..' enseñaba historia y el cuerpo humano. Todos los dibujos de carácter educativo nos han ido enseñando bajo el lema: Aprender es divertido.
Parece que este método ya se ha infiltrado en las aulas educativas catalanas. Los talleres y las manualidades están ganando peso ante las 'aburridas' clases llenas de libros, datos, números y nombres sin ilustrar. Es por eso que los esplais ahora carecen de función. En clase se hace lo mismo: aprender jugando.
Con esta educación, los niños sólo pueden llegar a la conclusión de que todo se consigue mediante la diversión, la inmediatez y sin mover apenas un dedo... Que el mundo gira única y exclusivamente entorno al ocio y al placer momentáneo.
Según cuenta, los esplais observan que los niños se aburren con mayor facilidad. Toda actividad relativamente larga representa una gran carga en lugar de ser divertida. Los juegos y dibujar también se incluyen.
Este comportamiento se debe a que estos niños forman parte de la "generación zapping". "Se les está acostumbrando a picotear de muchas cosas, pero a no profundizar en nada, buscan la satisfacción constante y rápida" explica Francesc Garreta, presidente de la Federació de Moviments d'Esplais de Catalunya.
La reflexión de Francesc no es nueva. El norteamericano Neil Postman ya lleva años anunciando las consecuencias que acarrea la televisión en la sociedad.
Postman cree que este fenómeno de falta de atención y de aburrimiento crónico se debe a que la televisión se ha convertido gradualmente en nuestra cultura. La ha transformado en un vasto anfiteatro al servicio del negocio y del espectáculo.
También añade que el mundo que nos presenta la televisión ya nos parece natural. Hemos aceptado tan plenamente su definición de verdad, del conocimiento y de la realidad, que la irrelevancia nos parece colmada de importancia y que la incoherencia es algo razonable.
Gracias a la televisión millones de niños han descubierto que aprender es divertido. 'Barrio Sésamo' nos cantaba los números y las primeras palabras. Big Muzzy era nuestro entrañable profesor de inglés. 'Érase una vez..' enseñaba historia y el cuerpo humano. Todos los dibujos de carácter educativo nos han ido enseñando bajo el lema: Aprender es divertido.
Parece que este método ya se ha infiltrado en las aulas educativas catalanas. Los talleres y las manualidades están ganando peso ante las 'aburridas' clases llenas de libros, datos, números y nombres sin ilustrar. Es por eso que los esplais ahora carecen de función. En clase se hace lo mismo: aprender jugando.
Con esta educación, los niños sólo pueden llegar a la conclusión de que todo se consigue mediante la diversión, la inmediatez y sin mover apenas un dedo... Que el mundo gira única y exclusivamente entorno al ocio y al placer momentáneo.
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